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vamoscayendo

A propósito de los propósitos

A propósito de los propósitos Bueh! mis amigos imaginarios del cojonudo cybermundo. Los tolchocos eletroquímicos, las britbas brillantes y las debotchkas todas muy bujujú, envueltas en toda la palabrería joroshó, ya me tienen hasta las pelotas. Así que parafraseando al buen Little Alex de la inolvidable Clockwork Orange, con su capítulo 21, ese que el santo saco de pelotas de Kubrik extirpó de un plumazo o britbazo editorial, les digo, Oh! mis únicos y grandes amigos, que los propósitos comienzan a diluírse entre mis dedos como agüa a un sediento que caminó medio sahara para caer en la cuenta de que no era agua, ni no arena, y otra vez la fata morgana le jugaba chueco, pobrecito el, y que ni alá ni la puta de la bella genio le iba a tender una manito siquiera. Y así, condenado a la sed eterna, dejó que el sol hiciera lo suyo, y tomado de la mano de virgilio fue a echarle una miradita a los infiernos, oh! mis hermanos. ¿Y bien? ¿cual es el fucking leit motiv de esta parafernálica farsa que se cae a pedazos?. ¿cuál es el propósito para que todas estas palabritas disfrazadas de bytes viajen por el cableado y terminen como basura digital, 01010101000101001, binaria y absolutamente sola? Cada náufrago en su balsa rodeado de los tiburones transnacionales que ya suman y suman en sus calculadoras las ganancias potenciales de la basura que nos meten por el culo( sí señor, léase tal cual), y con el gran y único ojo observándonos mientras nos achicharramos las retinas intentando tirar una bengala chingada en el océano de petróleo que es este, el de la información. Y como buen Cook que dejó el encierro, navego por estos mares llenos de fantasmas y piratas, sin astrolabio ni brujula, entregado como el sediento, Oh! mis hermanos (well, well, well, My Little alex), a las manos del mefistófeles de turno, que también a tí te espera, herrabundo cibernauta de las viejas tierras azotadas por las pestes, con los brazos abiertos, mis queridos drugos, así qué, en la arena he dejado mi barca y toda la payasada, pero quemo el navío en la orilla y descalzo, mierda, bautizo este islote virtual, este peñón eriazo golpeado a barlovento por la indiferencia más extrema, como vamoscayendo, mi comandante. Y propósito de los propósitos, cuando todo está de cabeza, y llueven números y raíces cuadradas y la perspectiva se pierde como cuando miras detrás de una vaso lleno de pisco endemoniado, entonces es el mejor tiempo para quemar lo adorado, para hacer de tripas el corazón de niñitos sufrientes que nos regalara la Sancta Simplicitias y el Sínodo santo y la vírgen que tiene la vagina de yeso, y mandar a todos a tomar por culo, por que hoy, mis hermanos, me cago en la leche puta, y vamos a tomar todos mis pedacitos desperdigados para armar la trama nuevamente, sin ascos, sin remordimientos, sin memoria, de nuevo con el envoltorio plástico del pecado original, con el ombligo conectado a la matriz sufriente de la gran madre ovopositora. Chau.

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