Repeticiones del plato de repeticiones.

Lo que después queda no es mucho; algunos millones de miles de piltrafas parlantes deambulando sordas y solas por el globo; mientras que nada, nada en lo absoluto les conmueve. Los fariseos enjutos y gordos magnates libidinosos coordinan a sus funcionarios a latigazo limpio, nos levantan la escenografía de mañana por la mañana. Sí, y los titulares de la prensa también.
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